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lunes, 29 de agosto de 2011

Cómo Steve Jobs logró combinar el marketing más tradicional con la creatividad más novedosa


Cuando se habla de Apple, inevitablemente, se habla de algo “nuevo”, productos novedosos que han logrado crear nuevas categorías de productos o nuevos canales de distribución. Pero cuando se trata del marketing de la compañía, está claro que Steve Jobs siempre apostó por las estrategias de la vieja escuela: respaldar grandes productos con publicidad creativa, una importante inversión y venta al por menor.
Con la salida de Jobs como CEO de Apple, sólo queda por ver cómo afrontará su sucesor, Tim Cook, la fórmula de marketing que ha hecho de Apple una compañía capaz de batir todo tipo de récords.
“Existe un sentimiento de que Apple es todo sobre el diseño del producto y demuestra que la experiencia del usuario es lo que importa. Pero, entonces, ¿por qué Apple gasta 400 millones de dólares en las categorías más tradicionales de publicidad”, comenta Noah Brier, cofundador de Percolate y antiguo director ejecutivo de estrategia en Barbarian Group.
Lo cierto es que Apple se encuentra entre los 100 primeros anunciantes de Estados Unidos, con una inversión en 2010 de 420 millones de dólares. Y la mayor parte de esta inversión, unos 200 millones, estuvo destinada a la publicidad en televisión. Además, se situó como el décimo anunciante en publicidad exterior en términos de gasto, con una inversión de 33 millones de dólares el año pasado. Y es que, como afirma Brier, “no creas una compañía de consumo masivo sólo con un gran diseño de productos. Si esto fuera verdad, no gastarían ese dinero”.
Por otro lado, mientras otros anunciantes se centran en la efectividad de la publicidad online, Apple destinó 24 millones de dólares, principalmente, en publicidad en páginas de alta categoría de periódicos como el Wall Street Journal, el New York Times y el USA Today, según publica AdAge.
También resulta llamativo el hecho de que Apple haya contado con la misma agencia de publicidad, TBWA, desde que se lanzara el conocido anuncio “1984”. Aunque ésta dejó de trabajar en la compañía durante el período en que Steve Jobs la abandonó hasta 1997, cuando el CEO volvió.
Pero lo cierto es que el éxito de Apple tiene que ver con algo más que la mera publicidad. En 2001 Apple creó su primera tienda “diseñada y construida para ser una presentación de categoría en la que promocionar la marca y servir como vehículo de ventas corporativas y actividades de marketing”, aseguraban los informes de Apple. Desde entonces, las Apple Stores se han convertido en un modelo de lujo para las tiendas de tecnología. Además, la compañía de la manzana también ha conseguido que parte de su éxito se asiente sobre una sólida distribución a través de terceros.
“La gente tiende a pensar en Apple como una marca impoluta, pero al final, son tiendas y vendedores de cosas. Casi todo lo que hacen es con esa visión”, comentó Stephen Baker, vicepresidente de análisis de productos electrónicos deNPD Group.
Al mismo tiempo, las innovaciones introducidas por Apple, como iTunes o la App Store, son algo más que meros canales de distribución de contenidos y software, y han logrado hacer que los dispositivos de Apple sean más atractivos para los consumidores. No hace falta más que echar un vistazo a la campaña del iPhone de 2007, en la que los anuncios eran, básicamente, demostraciones de lo que las aplicaciones podían hacer. Se trataba de un concepto muy simple: promocionar las aplicaciones para vender más iPhones.

Las 22 Leyes del Marketing

10 consejos para principiantes en el social media marketing


El social media marketingatrae como un imán a las empresas, tanto grandes como pequeñas. Sin embargo, adentrarse en la Web 2.0 implica asumir determinadas reglas y es una aventura que no está en absoluto exenta de riesgos. El experto en social media Mike Schnoor desgrana en su blog personal los siguientes consejos para empresas novatas en la Web Social:
1. Examinar la buena o mala predisposición de la plantilla hacia los social media
Una empresa que quiera triunfar en los social media debe estar convencida en su conjunto de las posibilidades que brindan estos canales para contactar con el cliente. Por eso, es tan importante reconocer a posibles “tecnófobos” y tratar de reeducarlos, informándoles convenientemente del enorme potencial para la interacción y el intercambio de la Web 2.0.
2. Planificar los recursos personales y económicos necesarios para las actividades en los social media
Al contrario de lo que algunas empresas piensan, la participación empresarial en la Web 2.0 no es ni mucho menos una actividad gratuita. Si bien la apertura de un perfil en Facebook o en Twitter no implica el desembolso de dinero, sí que supone la inversión de tiempo, y dicha inversión lleva aparejados costes económicos. En la Web Social, hay que contratar personal que se encargue de la interacción con el cliente, hay que desarrollar acciones adicionales de promoción y hay que medir el éxito de las campañas en las plataformas 2.0. Todo ello no se puede hacer si no hemos fijado previamente un presupuesto para acciones de social media marketing.
3. Nombrar a un responsable de las actividades de social media marketing de la empresa
A la hora de nombrar a un responsable de las actividades de la empresa en los social media, debemos tener cuenta que este puesto entraña una enorme responsabilidad, pues cual traspié de este empleado en la Web 2.0 significará también el resbalón de la compañía en unas plataformas en las que todo se difunde como la pólvora.
4. Integrar los social media en la estructura interna de la empresa
Una verdadera empresa 2.0 debe utilizar los social media no sólo como canal de comunicación con el cliente, sino también como canal de comunicación con sus empleados. Se debe promover la utilización de estas plataformas para que los trabajadores de la compañía se informen y se comuniquen entre sí.
5. Definir una estrategia de social media marketing en la que intervengan también otros departamentos de la empresa
Las actividades en los social media de la empresa deben ser dirigidas desde un departamento creado ad hoc, pero éste debe estar abierto también a las propuestas de otras divisiones empresariales como los departamentos de marketing, relaciones públicas, ventas, atención al cliente, y recursos humanos.
6. Desarrollar junto con los empleados una guía para la participación en los social media y un plan de crisis
Una crisis de comunicación originada en los social media debe contar para su resolución con el respaldo de toda la compañía. No basta con que el community manager proponga de manera unilateral una posible salida a la crisis. Éste debe consultar a otros responsables de la compañía y éstos están obligados a proporcionarle soporte.
7. Elegir los canales 2.0 que mejor se ajusten a la empresa
Para triunfar en la Web 2.0, no es necesario que la compañía esté omnipresente en todos los canales, y más cuando es la primera vez que ésta se estrena en los social media. Para iniciarse en el social media marketing, es preferirlo hacerlo sólo en unas pocas plataformas, aquellas en las que la empresa tiene la completa seguridad de poder atender adecuadamente al cliente.
8. Dirigir y vigilar el diálogo con el cliente en la Web 2.0 mediante la monitorización de los social media
De nada sirve planificar una acción en los social media, si después la compañía se desentiende las reacciones que ésta desencadena en el cliente. En estos canales se impone tanto un trabajo a priori, de planificación, como a posteriori, de seguimiento.
9. Definir un plan de contenidos para la comunicación en los social media
Un perfil en Facebook o en Twitter que no se alimenta con contenidos interesantes para el usuario con regularidad está condenado al fracaso. Por eso, es tan importante diseñar contenidos que resulten relevantes para el usuario, que reporten a éste felicidad de alguna manera y que le muevan a la compra.
10. Adoptar medidas para dar a conocer las acciones de social media marketing de la empresa
Para tener éxito en la Web 2.0, es necesario promocionar la presencia en los social media de la compañía en las webs corporativas, en los motores de búsqueda o en canales clásicos de publicidad como la televisión o la prensa.